Permiso para gozar sexualmente
Los seres humanos somos bichos muy complicados en su funcionamiento psicoafectivo o existencial.
Todo lo que hace que la vida merezca ser vivida pasa por lo afectivo y cuando ciertas vivencias son conflictivas se reprimen en nuestro inconsciente para poder sobrevivir.
El 85% de nuestro psiquismo es inconsciente y en este se va creando un "programa" que controla nuestra vida afectiva y que impide satisfacer nuestros deseos.
Si le agregamos todas las prohibiciones y "moralina" de la cultura judeocristiana (sin olvidar el nacional-catolicismo) la permisividad para gozar sexualmente se reduce a niveles traumáticos (frigidez, anorgasmia, ausencia de deseo, impotencia, eyaculación precoz, etc).
O sea, que si no hay permiso inconsciente para gozar de la vida siempre nos queda la psicoterapia para recuperarlo, cualquier psicoterapia, que el fin buscado bien lo vale.